Disfruta tu proceso, ríete del fracaso y celebra el progreso
¿Cómo sería posible aprender si nos es cometiendo errores? Fracasar es obtener un resultado adverso a lo esperado, no es el fin del mundo sino el comienzo. Comienzo, sí, porque brinda la oportunidad de reinventar lo que se intenta. Necesitamos cada vez con mayor urgencia, abrazar los errores, desaciertos y sinsabores, como una parte esencial y necesaria de nuestro desarrollo personal. Cuando “algo no nos sale”, significa que hay que reflexionar, analizar, evaluar y encontrar la clave para triunfar.
Si te abandona la ilusión y tu motivación se tambalea, recuerda que cada tropiezo es en realidad una alerta. Sí, un llamado a la conciencia, a la certeza de cuan bendecido eres al tener a cada paso, una nueva oportunidad. No permitas que las dudas te asuman, mantenlas alejadas de tu corazón. Por el contrario, utiliza la caída para levantarte con más fuerza. Si no sales como pensabas; si no llega cuando querías; si en el camino ves que otros avanzan y tu quedas rezagado, no desesperes, aprende.
No es la meta… es el camino. Descubre el ritmo de tus pasos. Ese ritmo para tí, es el perfecto porque te lleva a sentirte seguro, firme, confiado. Correr detrás de otros, no es para ti. Conquístate y conquista el éxito con paciencia, dominio propio y autoconfianza. Disfruta el proceso y respeta tu ritmo. De ese modo cuando llegues, habrás crecido.
